CÁBALA

George Orwell, afirmaba que el lenguaje político está diseñado para lograr que las mentiras parezcan verdades, el asesinato respetable y para dar una apariencia de solidez al mero viento.

Los procesos psíquicos del comportamiento se mide por el lenguaje, utilizado este como herramienta para confusión de conciencias y ocultación de la realidad no es más que perversa manipulación.

No se puede pues, más que considerar el “análisis sobre la situación del ISSET” expresada por Fernando Mayans Canabal, como una perversión retórica, al “soltar” sus señalamientos de cara a la recta final de la 4T, para cerrar su primer gobierno en Tabasco en 2024.

El tema sobre la ley del ISSET en Tabasco, no es nuevo. Un articulado con más de 60 años de antigüedad sostenido por alfileres durante el gobierno de Roberto Madrazo (1994-2000) y desdeñado por la administración de Manuel Andrade Díaz (2001-2006) para generar un nuevo instrumento jurídico que dotara de mayores recursos al Instituto en materia de pensiones y prestaciones médicas.

En términos reales, las ultimas seis administraciones en la entidad hicieron caso omiso a las recomendaciones realizadas en materia de cuotas y aportaciones, para garantizar la subsistencia del ISSET, hasta que colapsó en el ultimo año de gobierno del tristemente celebre Arturo Núñez.

Y es que durante estos más de 50 años años, el Instituto no había tenido ninguna reforma de carácter estructural ni paramétrico, aunado a los erróneos manejos de los recursos y falta de previsión, siempre operó bajo un esquema técnico y financiero sin futuro.

Con una quiebra técnica y financiera inminente, Fernando Mayans Canabal aceptó el reto de encausar los destinos de la seguridad social de más de 80 mil afiliados y sus familias , luego de enterarse del subsidio de gobierno federal y estatal por un mil 700 millones de pesos para retardar el famoso “colapso anunciado”.

Como se recordará en 2020 la reforma a la ley el ISSEY planteó un esquema escalonado para el incremento de las cuotas de los trabajadores, mientras que las aportaciones de los entes públicos se incrementaron de manera inmediata. En la administración centralizada, el sueldo base representa entre el 50 y 40% de las percepciones de los trabajadores (salario integrado), de tal forma que un incremento del 5% en las aportaciones sobre el sueldo base, se traduce en un impacto de 2.5% en el salario.

Mayans pues, conocía el tema del ISSET desde que se desempeñó como Presidente de la Comisión de Seguridad Social del Senado de la República, cuando funcionarios del ISSET lo buscaron para promover las primeras intervenciones a la ley en materia de aportaciones. Con sus afirmaciones, no ha descubierto el “hilo negro”.

Cobrarle publicamente 900 millones de pesos al gobierno de Carlos Manuel Merino Campos, por adéudos al organismo que preside, no es un “error político”, sino una estrategia debidamente diseñada.

“La Bomba de tiempo” proclamada pues, no tiene otra lectura, que preparar el camino para una “renuncia anunciada” de cara al proceso electoral del 2024 tal y como lo hizo en 1993 “su carnal” Humberto, durante el gobierno de Manuel Gurría Ordoñez.

La genética, es la genética ¿No cree usted?

 

Por Daniel Castro

Licenciado en Psicología, reportero, columnista. Larga trayectoria profesional, comenzando en el diario Avance, y siguiendo por Novedades, Presente, Tabasco al Día, Tabasco Hoy y hasta la fecha en Diario de Tabasco con la columna Cabala.