El Tutupiche en Carta Abierta

oscarEscalante 5 facebook: El Paliacate

Indalecio Madero Zapata, estudiante de la primaria ‘Porfirio Díaz’, ubicada en el poblado ‘Los Olvidados de la Revolución’, en Tenosique, el cual raya con Guatemala, se levantó muy temprano hoy lunes, pues debía participar en el tradicional desfile escolar del 20 de noviembre.

No hay más escuela que la suya en el lugar, cuyo nombre, aunque parezca irónico, no es en memoria de un dictador, sino de quien les enseñó dictado, un maestro que casi dio toda su vida en ese centro escolar, el que antes no tenía nombre.

Luego de la aclaración no pedida, pero que sino la pongo la van a pedir, Indalecio fue al baño, afuera de su casa, el cual queda en Guatemala, mientras que su casa pertenece a México, así, que sin visa ni ningún otro documento, cruza de un país a otro como ‘Juan por su casa’, solo que en este caso, es como ‘Indalecio por su casa’.

Irónicamente también, Indalecio, cada vez que sale del baño para regresar a su casa, prácticamente sale de Guatemala para entrar a Guatepeor, ya que su poblado no cuenta con los servicios básicos, tales como: energía eléctrica, agua potable, drenaje, alcantarillado y pavimentación, o sea, cuenta con todo para ser ‘Pueblo Mágico’.
Aun así, la casa de Indalecio es la mejor del pueblo, ya que es de tres pisos; la sala tiene mosaicos, el comedor y los cuartos, cemento, y la cocina y el baño, son de tierra.

Pero volviendo al desfile en el cual va a participar, Inda no sabe que celebramos el 113 aniversario de la Revolución Mexicana y tampoco se explica porque es deportivo, cuando debería ser bélico.

La verdad que en la vida real tenemos tantos conflictos bélicos en el país, que es mejor celebrar la revolución con un evento deportivo, como se hace desde 1929, aunque en 1936 ya tomó el carácter nacional oficial.

Inda participará en ésta ocasión haciendo una pirámide, no como las de Egipto o Teotihuacán, sino de las de coperacha, de a 5 varos por alumno, para comprar aguas frescas al final.

Acá, el desfile no lo cierran con caballos, sino con perros, pero con perros calientes, ya que solo lo hacen alrededor del parque ‘La Revolución de Emiliano Zapata’, y pus hasta allá llegan los vendedores con sus carritos, en una especie como de su ‘Buen Fin’.