Poder Político

Cercano y distante, así se mira el 2 de junio de 2024 cuando, la voluntad popular votará para elegir al próximo Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, si se respeta la fecha en el artículo 116 constitucional federal,. Aunque el muy anticipado placeo de campaña evidencia la alta temperatura entre los encartados y los no encartados que en Morena ambicionan la «Silla del Águila». Mientras que en la oposición parece haber acuerdo de optar por un candidato emergente, al arrastre del apellido «Colosio».
Basta observar cómo cambian las estrategias de una triada en el Régimen autodenominado de la «Cuarta Transformación», tratando de esmerarse en cómo agradar al poseedor de la «Banda Presidencial».
Quien parece puntear las encuestas, Marcelo Ebrard, le apuesta a la coyuntura de los valores entendidos; Claudia Sheinbaum se esmera en agradar con docilidad, aunque ineficiente en sus dominios al perder el liderazgo y el respeto de sobre sus gobernados; Adán Augusto López Hernández, ocupado en el control de la política interior del país, conocido los afectos reiterados en público del Ejecutivo Federal, envío un mensaje nada complicado de interpretar, «No sudo calenturas ajenas».
Una tercia de los aspirantes, los 2 iniciales proyectos quienes se sabían los perfilados que en la mayor de las ocasiones muestran rostros de incomodidad. Por lo contrario, quien despacha en el Palacio de Cobián, llegado a la mitad de la gestión y ya encartado para la candidatura, no tiene prejuicio alguno para sonreír.
Aunque cada uno de estos tiene claro el panorama que una es la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador todavía sostenida, y otra es la particular, sumándole qué tan eficiente han sido en sus respectivas asignaturas. El Ejecutivo lo ha dicho, «No somos iguales».
Quien en la interna cuente con el visto bueno de «lo que diga el dedito» para asumir la candidatura por el «Movimiento» para refrendar la continuidad en la sucesión por el cargo de Presidente de México deberá tener en cuenta que irá con sus argumentos; sin embargo, ya con un desgaste en la imagen pública, al mediar los golpes bajos que al ojo público desde ahora se tienen.
Aunque en la puja por la elección presidencial del 2 de junio de 2024 en la boleta figurarán los nombres de 2 candidaturas coaligadas, sin olvidar que eventualmente puede presentarse 1 o 2 aspirantes independientes con la salvedad de obtener el 1% del listado nominal de electores nacional, el aproximados a casi 1 millón de firmas de apoyo corroboradas en el Registro Federal de Electores del INE.
En el denominado Bloque Opositor Amplio, la «BOA», según el documento apócrifo, están por concretarse los arreglos entre los partidos políticos adversos al Régimen de la «Cuarta Transformación», yendo con lo que hay para poder acercarse a ser competitivos, con Luis Donaldo Colosio Riojas como su candidato presidencial emergente, y no Enrique de la Madrid. Igual con el respaldo de «Sí por México», liderado por Claudio Xavier González y Gustavo de Hoyos.
Ambos, X. González hijo y De Hoyos impulsan la iniciativa que busca «contener las consecuencias nocivas del mal gobierno de Morena», y sacar al «Movimiento» de López Obrador del Palacio Nacional en el 2024.
El Presidente de México no será primera ocasión que enfrente a un contrincante tan fuerte como el apellido «Colosio» en la persona de su hijo, quien figurando en las encuestas representaría un contrapeso para su candidato. Qué tanta competencia le representará, sólo las estrategias en el discurrir del tiempo al 2 de junio de 2024 lo dorá, acorde al comportamiento de las prospectivas.
López Obrador no olvida que en1994 perdió la elección para la gubernatura del estado de Tabasco, su tierra y agua, contra el arraigado afecto popular hacia «Madrazo, Carlos», el ex gobernador quien mucho auge le dio a la entidad, y no por Roberto, quien dejó mucho a deber.
Aunque esta vez no aparecerá en la boleta, sí estará visible en la escena pública para que «no le quiten ni una pluma a nuestro gallo».

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Por Eduardo Hernández

    Periodista y Analista Político, graduado por las Universidades Olmeca, Iberoamericana, Complutense de Madrid y Tecnológico de Monterrey, además del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. 27 años de experiencia profesional en el ejercicio del Periodismo Análisis, Consultoría, y Comunicación Institucional vinculado a los temas electorales, en Tabasco y Ciudad de México. Autor de la columna «Poder Político» que se publica cada semana  en Diario Presente y en Diario de Yucatán. Autor también del libro «Luchas por el Poder en Tabasco: 1825-2012» que documenta 187 años de historia y legislación electoral, editado por la Universidad Olmeca.