CARTA ABIERTA
O bien ha sucumbido a su incompetencia, o ha sido abducida por los proyectos de Javier May a la gubernatura, o se ha dejado llevar por un repentino impulso de populismo barato. Sea como fuere, resulta inexplicable que la titular de la Secretaría de Energía, Sheila Cadena, quien se la pasa gran parte del tiempo en las redes sociales, y que viene de una diputación local y de la Dirección del Deporte, haya resbalado como lo hizo con esa propuesta de quitar los subsidios a los 350 mil morosos tabasqueños de la CFE.
La descabellada idea ha sido un error tan grave que ha motivado la aclaración del portavoz del Gobierno de Tabasco, Juan Carlos Castillejos. El funcionario ha dicho que el Gobierno de Carlos Manuel Merino nunca se ha planteado tal posibilidad y que por lo tanto lo dicho por Sheila Cadena no forma parte de la agenda estatal.
La titular de la Sedener debería recordar que ese tipo de propuestas se consultan primero internamente y después, en caso de ser aprobadas, se exponen en público. El resultado para Sheila ha sido nefasto porque ha sido exhibida en todo lo alto.
El argumento simplista de quitarle el subsidio a los miles de morosos con el consumo de energía hubiera provocado una protesta masiva de los deudores. Porque la excusa de estos para no estar al corriente en sus pagos son los cobros excesivos de la empresa pública y la supuesta no aplicación de la tarifa 1F, la más barata del país.
Es más, si el Gobierno de Merino le hubiera hecho caso a Sheila ahora mismo estaría ante un gran conflicto político-social, por tratarse de un tema muy sensible para gran parte de la población.
La aclaración de Castillejos ha vuelto las aguas a su cauce dentro de una aparente normalidad, porque es bien sabido que ese conflicto del no pago tendrá que resolverse tarde o temprano. Pero no por la vía propuesta por la Sedener, una dependencia que nadie sabe para qué sirve y que, por cierto, ha pedido desaparecer el dirigente perredista Javier Cabrera Sandoval.
Es posible que la distracción de Sheila con los asuntos políticos de Javier May le haya llevado a dar ese vergonzoso traspié, lo que no la exenta de su responsabilidad discursiva. Ya se habla, incluso, de su dimisión. Parece cosa de tiempo.
: MAL COMIENZO
La senadora morenista Mónica Fernández ya empezó mal su andar en pos de la gubernatura: busca que su hijo, que en realidad es su sobrino, Bernardo Bosh, llegue a la alcaldía de Centla. El trascendido tiene lógica porque Bernardo trabaja con el presidente de la Jucopo en la Cámara Alta, Ricardo Monreal, allá en la Ciudad de México.
El joven aspira a pesar de no conocer Centla ni haber vivido nunca allí. Por tanto, los lugareños tampoco lo identifican como uno de los suyos. Se dice, por voz de sus ciudadanos, que su abuelo paterno es un terrateniente de ese municipio. Parece que esto ha contado mucho a la hora de hacer esa supuesta negociación que lo llevaría a la silla principal de palacio municipal.
Uno de los grandes obstáculos para que el joven cumpla su objetivo es su estrecha cercanía con el senador Monreal, compañero de bancada de su tía. Las discrepancias del zacatecano con el presidente Obrador le cierran cualquier oportunidad, a menos que se postule por un partido diferente a Morena. A pesar de todas estas inconsistencias, Mónica Fernández sigue confiando en que conseguirá ganar la nominación para quien es, casi casi, su hijo.
: MAL Y DE MALAS
El cierre de las oficinas de la delegación del Infonavit ha dejado mal parado a su titular Jesús Alí, si bien él no es responsable de las erróneas políticas de refinanciación crediticia que se han aplicado desde las oficinas del director general, Carlos Martínez Velázquez.
En todas partes del país han surgido organizaciones de deudores, en protesta por los abusivos esquemas de reestructura de sus hipotecas. Los programas aplicados por el Infonavit, al pasar los pagos de salarios mínimos a pesos, no representan ningún beneficio para la mayoría de los propietarios y sí, por el contrario, hace las deudas impagables.
Quién iba a pensar que Chucho Alí sufriría su estadía en ese cargo de delegado, en una de las dependencias más señaladas por los ciudadanos.