Colección DEVUELO # 20

 

Mayo 2022

Montevideo, Uruguay

 

Diseño: maca

 

 

PRÓLOGO

 

 

EL VIAJE A LA POESÍA DE VÍCTOR MANUEL BARCELÓ RODRÍGUEZ

 

Por: Rafael Pineda

Mi curiosidad empieza a divagar por los papeles que recogen la obra poética de Víctor Manuel Barceló Rodríguez, un autor llegado a Uruguay donde lo conocí desde las tierras que albergaron al imperio del pueblo mexica, Tenochtitlán, la ciudad más resplandeciente de la antigüedad americana y donde con más gallardía se dio batalla al europeo del siglo XVI y a un Hernán Cortés que había zarpado de la isla de Santo Domingo, mi tierra natal.

De la villanía y la destrucción, en la fecha se están cumplien- do 500 años, y este libro llega como si fuera un homenaje, un tributo pensado a la presencia eterna de los héroes y mártires, y a la permanencia de la memoria a través del tiempo.

Podemos acceder a él por varias puertas: la de la poesía de amor, la del soneto, la de los versos libres. Pero también por los sonoros cantos a una patria que tiene quinientos años levantándose de las cenizas del Templo Mayor, peleando con- tra la espada de Pedro de Alvarado y cantándole loas al valor que, como el ave fénix y el mítico Inca, cae y se levanta.

Estos poemas nacieron en el alma de un poeta de duradero y fructífero acento, con historia de servicio a un pueblo que lo respeta y quiere. Pueblo que viaja en su alma aunque él ya no pertenezca a un solo pueblo, sino a todos los pueblos.

Sus poesías traen historias de diversos tiempos en los que emerge nuestro poeta embajador como un Neptuno, tridente al brazo, cabalgando sobre los mares y gobernando las formas de la expresión. Sostiene una poética que, como lo expresa en el bello poema “Redención” dedicado a Enrique Márquez y a Mario Chávez Figueroa, entre varios amigos idos a otro universo , trae “un dolor y una tristeza que va más allá de lo efímero y de lo voluptuoso, capaz de conmover y de llenar la conciencia de colores”.

Un poeta puede ser bueno Víctor Manuel lo es desde todos los ángulos cantándole a temas únicos, al amor o la amistad. Como el rey Salomón en El cantar de los cantares; el arcipreste de Hita y su Libro de buen amor, o Jorge Manrique, sus Coplas por la muerte de su padre y algunos poemas más que configuran una obra completa; o similar al autor de El cantar del Mío Cid, supuestamente el musulmán Abu l–Walid al Waqqashi, autor de un libro único. Tantos ejemplos trae la literatura mundial. Se le puede cantar a la vida y a la muerte, a las flores, a los ríos, al hombre y a la mujer con sus angustias y sus luchas por la igualdad y el bienestar, a los lagos, al mar, al niño nutrido y al hambriento de los suburbios, al tronco seco o a los bosques. La poesía está en el fondo.

En el cantar del autor de “Juárez (Canto colectivo a una voz”,   nada humano es ajeno, como proclamara Terencio, y se vuelca sobre un abanico de aconteceres encontrando la sustancia del verso en la vida total, con las virtudes y las hipocresías; en la naturaleza por los privilegios pero también por las mañas.

En uno de nuestros encuentros, taza humeante de por medio, le pedí para echar una lectura a estos textos que permanecían guardados. Varias semanas estuve con ellos, y por momentos me dejaban sin respiración por la hondura de los temas, por el desafío, por la ruptura con determinados prototipos.

Cuando terminé la leída le sugerí publicarlos, y el resultado ha sido este libro con poemas de verso libre, sonetos, cantos épicos, canciones, elegías, temas patrióticos.

El poeta es íntegro; calienta con las brasas el cuero de los tambores, deletrea y expresa los momentos difíciles y los simples, retrata las experiencias en el tiempo, los momentos de compunción interior, hasta sobrepasar con acierto las pruebas más exigentes de los estereotipos literarios.

Los sonetos, interiorizando en un mundo ancho, no ajeno, son un encanto de profundos sentimientos.

“5 de mayo” es uno de esos textos que exponen con distinción el canto quejumbroso de una patria que quiere ver renacer, sin manejos equívocos, con dolores, el parto de sus más puros ideales.

Entre los cantos elegíacos existe una unidad de acción, con líneas como las que encontramos en el bello “Canto a Cardenal”, referido al poeta de Solentiname:

Quise escribirte hoy/ Admirado cantor celeste/Tu numen me toca/De norte a sur/De este a oeste.

En “Carlos–Poeta”, dedicado al bardo de Villahermosa, Carlos Pellicer, hay una luz que no dilata el paso de los días: En la vorágine de mi mente/Te localicé/Cuando a mí solo llegaban  salmos/A  la  naturaleza/A  la  vida/  A  la  patria  henchida/En su túnica de agua

Recurre a la imagen del poeta que no es necesario nombrar porque viene de la pólvora, del patíbulo, de la cruenta guerra española para reafirmarle al admirado Pellicer que allí nació el “…verde que te quiero verde”.

Se planta nuestro poeta en otros largos gritos, para sollozar desde la cumbre por el amigo de vida grande al que hay que homenajear y cantar:

Y allí / Carlos/Poeta / No supe si excelso / O epónimo / O único… / Pero poeta / Al tamaño de natura / De la de tu Grijalva / De nuestro Usumacinta.

La destreza de Víctor Manuel Barceló Rodríguez no le deja espacio a la pausa, y de un verso fuerte pasamos a otro apasionado y germinal, como este titulado “Colores para mañana”, un canto a la ciudad de Tabasco, donde el sol pare- ce una película policroma con música de violín en el fondo.

Sus cantos “Ansioso”, “Cuando me olvides”, “Del mismo son”, “¿Cuánto?”, “¿Cuándo?” parecen anticipar el destrozo o la inmolación de los días que estamos viviendo, con muertes en masa en distintos puntos del planeta:

¿Quién puede predecir / Cuándo y cómo / De quién y a qué hora / Saltará la decisión / De la hecatombe? / ¿Cómo precaver  la  muerte/De  lo  que  tanto  costó  /  En  limpiar  / Momentos y constancias / Los errores corregidos / O fallas sin remedio?

El tratamiento elegíaco es un homenaje solemne a quienes se fueron. Y aquí está el poema “Redención”, una especie de toque de bandoneón a la nostalgia por los amigos, una pléyade que ya no está.

Pasando de un poema a otro sentimos la quejumbre, los latidos, las desatadas tentaciones, el verso lastimero.

Hay recurrente opción al soneto, a la rima, métrica, a la exposición sentimental. Se me ocurre que al poeta le surgen de manera natural, como quien tira una piedra al río y se pone a contemplar cómo ondula sobre el agua.

Si este libro fuera solo de sonetos sería bueno o muy bueno. Pero siendo un concierto deleitable ha sido un tremendo acierto, sin espacio para monotonía ni resentimiento, haciendo que el lector transite avenidas de buen decir a través de unas letras que conjugan el estilo clásico con el moderno.

Lo clásico en la literatura es formativo y grande, indestructible como las pirámides de Chapultepec, o como la civilización de los mayas, de los aztecas y de los toltecas. Víctor Manuel lo sabe, para bien. En una “Fiesta”, en un “Fuego inmemorial”, en un “Hacia la nada”, en “La vigilia de las horas” o en un “Mandala”, nos está presentando un aquilatado tesoro espiritual envuelto en títulos que rompen lo efímero para viajar al tiempo, colgándose en las páginas donde el canto ha de seguir cantando.

Estamos ante un canto de amor. Obra de gratitud. Memoria. Solidaridad. Sentimiento latino. Poesía que habla de lo que la humanidad desarrolló para poner al alcance de todos. Los sentimientos, el yo interior, el apego a los orígenes, los estados de ánimo de un intelectual que registra el presente y el pasado.

Víctor Manuel Barceló Rodríguez es un poeta que piensa bien, y escribe como piensa.

 

Montevideo, Uruguay 12 de junio del 2021

 

 

 

 

Poemas

 

 

ARRULLO

 

Todo parecía vencerse

soles ocultos

astros opacados

verdades expresadas

el canto oral de la mañana

el ritmo ventral

de la noche

todo desalojando la pena por tu ausencia.

Después

sentados al borde del lago

con el reflejo lunar

horadando

tu vientre

con blancuras movedizas

te me reflejas

claramente hospitalaria

sensual

mientras mis ojos

cubren tus entrañas

confundidas

en el reflejo lunar.

 

La sensación de gozo

placentero

sutil

lo altera la ceiba

albergue y cuna

alimento y tumba

del chaquiste

e altera tu placidez

protegida por la luna

filtrada

arrullada

táctil

única

como nuestro amor.

 

 

 

SUEÑO

 

En la noche soñé y soñé

Soñé que recorríamos

Grupos de maestros –soñé–

La geografía que amamos.

 

Otros –soñé– afanosos

Tocando puertas del poder

Exponiéndonos gozosos

Abriéndolas, aún sin ceder.

Mi sueño fue integrando

Tendencias y compromisos

En un haz, consolidando.

Reuniones mil sucedieron

En sueños muy acabados

Las conclusiones salieron.

 

 

 

 

GUERREROS I

 

Leyendo a Heberto el poeta

conversando con Don Chema

sentí tocar a mi puerta

la esperanza que nos quema.

 

Bastar Sasso vuelve al Edén

acompaña a Taracena

rompe con el fiero desdén

trae tus guerreros en pena.

 

Ellos buscarán salvarnos

de quienes lastiman, matan.

Con sus conjuros recrearnos.

 

Volver a ser seres libres

y con las armas sensatas

ahuyentar a los serviles.

 

 

 

GUERREROS II

 

Pensaste Heberto en Chema

gran poeta al igual que vos

sin olvidarte la flema

que muestra su fuerza precoz.

Aprovechemos la esencia

de un lenguaje primaveral

para invocar la impaciencia

como fuente de un cambio real.

Bastar Sasso, Taracena

Pellicer, Priego y otros más

Villaurrutia en soledad.

Cooperen en los conjuros

salvando al Edén contumaz

unidos con fuerza, puros.

 

 

 

ECOS

 

Los ecos nos atolondran

A veces vienen de lejos

Siempre nos dicen y nombran

Seres, peces, azulejos.

 

Su sonido nos deleita

Con su fuerza cromática

Apabullante respuesta

De esencia aromática.

 

Su percepción es fortuita

A veces del mundo virtual

Otras, con fuerza inaudita.

Todos son de un pasado No solo nuestro, natural

De un mundo muy conformado.

 

 

CARGA

 

El bagaje de una vida

Debe ser breve, ligero

Con carga muy consentida

En la mente, por entero.

Caminar en esa senda

Acumulando tesoros

Intangibles, poderosos

De biblioteca, no tienda.

Así gozar las costumbres

De culturas muy lejanas

Si ir es jugar con lumbre

Todo tendrás en tus manos

Si el conocimiento ganas

Apoyando a tus hermanos.

 

 

ÉXITO

 

Éxito es una palabra

de múltiple connotación

hay quien con ella labra

mala y cruel reputación.

 

Otros sin mucho aspaviento

avanzan en su relación

apoyados por el viento.

 

Unos pocos enlazados

al empeño por servir

suelen ser sacrificados.

 

 

 

IDENTIDAD

 

Con la esperanza del cambio

entre bondades y hurtos

Construiremos el recambio

Al nacer El Niño recibe un nombre,

una religión, una nacionalidad y una raza.

 

Su vida transcurrirá sin saber

por qué tiene esa identidad.

 

Seremos capaces en la educación

darle elementos para que libre y

conscientemente defina su identidad

y la integre con los demás para lograr

una fortaleza inexpugnable.

 

Soy mexicano porque siento

vibrar dentro de mí la fuerza

de una raza constituida

de muchas más. Respeto.

 

 

PRECIO

 

Lo sublime no puede despreciarse,

Vive y late hasta el final

En cuerpos que se abaten

Que, sonámbulos, se mueven

y empantanan sus minutos semanarios

con falsas ilusiones;

acordes que ensordecen

y acallan las conciencias,

fútiles momentos de pasión

no deseada,

que irrumpen en la limpidez

y lastiman,

hasta destruir.

Cuando, a veces, ya es tarde

Para el retorno

O la verdad,

O la dolorida esencia Del amor forjado.

 

 

ASOMO

 

La estructura de una vida

Se conforma con los hechos;

Es cadencia, en subida

Es templanza en días maltrechos.

 

Sus esencias nos cobijan,

Dan textura, paz, sosiego;

Son esquemas que prohíjan

Resistencias al trasiego.

 

Cuando inicias el proceso:

Todo es luz, valor, ensueño,

Impulsor, Eros compulso;

Vivencias, dolor y aromas,

Templan tiempos que suceden

Cosmos real al que te asomas.

 

 

AÑORANZA

 

El oficio femenino

Es trastocar al mundo en gracia,

Provocar la vida

Y desoír la muerte

¿no acaso la mujer enciende el cielo,

Llena de alondras los pensamientos,

Arrebata de gozo,

Cubre de amor y sabia ardiente

Los intersticios de la existencia?

 

Los pájaros mañaneros

-que aún cruzan por mi ventana-

Recuerdan las sonatas

Que juntos compusimos:

Con tu lengua y con la mía,

Con el grito clamoroso

Del ritual de amor;

Cuando los corazones desbocados

Tienden hacia un suave blues

Tal vez añejo

Quizá lejano pero siempre nuestro.

 

La danza

-juntos-

Es vestigio de juglares hispanos,

Correspondencia soberbia

Entre mis huesos

Y tus carnes suaves,

Ardientes,

De una raza que no duerme,

 

Que no se rinde

Aún en la hornacina

En que metieron a sus dioses;

Ni en la presión

continua, febril, recalcitrante,

que intentó acallar las lenguas nuestras

incitándoles

a transmutarse en la esperanza.

 

Los paisajes

Me arroban hasta el llanto;

En ulular de la locomotora

Informando su presencia,

Me desboca;

Mis ojos

¡Hay de ellos!

Apenas son un reclamo

De lo que fueron:

Ya no se posan

En la belleza de tu efigie de diosa;

No sudan tu piel

Bañada en rosas;

No gozan tus sueños de alborada.

 

Hoy,

Mis ojos y yo:

Nos perdemos

En imágenes espantables,

En momentos huecos,

Sin infinitos

Soberbios

Como los creados con tu esencia,

En tu piel,

En los temblores

De un maravilloso acontecer

Hoy,

lejano.

 

 

 

VERDAD–MENTIRA

 

Ladran los lebreles,

Perros de caza insomnes,

Noctámbulos y crueles,

Cargan sus carcajes de flechas ilusorias,

Falsas, plenas de verdad-mentira,

De mentiras que nacen del acaso;

Y las lanzan cual flechas malignas,

Falseadoras de hechos y verdades

Para pescar incautos,

Encantados por el deseo del placer,

De concebir, aún nobles, falsas rosas,

Conciencias inconscientes,

Dominadas, dominantes.

 

Destruyen,

Cuando pueden:

Lo puro, lo fuerte, lo hermoso,

Lo que requiere sueños y pasiones

Para ser,

No para parecer.

 

Así, ser y amar sólo queda en la congoja,

Rompe sus esencias vesperales,

Resbala como la hoja

De una lágrima fugaz de lluvias otoñales.

 

SURGIRÁ… SI TE ATREVES

(por el temblor del 85 en C. de México)

 

Si te atreves a mirar en las pupilas

Por donde fluyen los ecos

-íntimos y fervientes de mi ser-

Podrás ver

Aún erguidas:

Las Torres de Tlatelolco,

Todas

BANAMEX –Fray Servando–

Con su bullicio taciturno

Y sus encarabinados

De azul,

Dormitando a las doce

Porque, al sol, embotaron sus ansias.

 

Muy al fondo del iris,

En el centro del conocimiento,

Apreciarás juveniles azoros

Por la llegada tarde a CONALEP,

Y febriles pasos

-contoneados y firmes-

De médicos y enfermeras

Transponiendo los umbrales

Del Hospital Juárez

O recorriendo veloces

-escaleras arriba, escalones abajo-

Atestadas salas del Centro Médico

Y no sabrás,

Si en el tiempo iridizado que contemplas

 

Está la vida citadina del 85

-antes del 19 de septiembre-

O el Distrito Federal del siglo XXI:

Reconstruido,

Erecto,

Inconmovible,

Bello,

Entre saetas de smog

Y un sol ardiente

Que se cuela entre nubes

De humo y polvos mil.

 

Porque si ayer se venció

La superficie del Anáhuac

Hollada por siglos,

-porque así lo quiso la naturaleza-

Hoy,

Mañana con más certeza,

Volverá a renacer la Ciudad

Mejor de lo que era,

Tal vez más hacia el sur,

O hacia el poniente

Persiguiendo al Sol

Al Quinto Sol

Que surgirá vigoroso en la penumbra.

 

 

ANSIOSO

(Canción)

 

Un sueño recoge

Mis ansias

Sus ecos de luz

Me acompañan.

 

Amor, el amor

Su esencia terrena

Que surge de vetas,

De cantos, de letras.

 

En cada simiente

Te encuentras,

En cada momento

Te siento.

 

Amor, el amor

Es su esencia terrena

Que surge de vetas

De cantos, de letras.

 

Quisiera volcarme

En tu sombra,

Llenarla de besos,

De cantos, de letras.

 

Un sueño recoge

Mis ansias,

Sus ecos de luz

Me acompañan.

 

 

 

¿SERÁ?

 

 Con que yo te nombrara

Empezarías a ser,

Porque también con palabras

Se construyen mundos.

 

El que yo te creara

Tendrías que ser:

Tránspiro,

-cubierto levemente por el sol-

Cálido,

-apenas acariciado por la luna-

Húmedo,

-goteado tenuemente por la lluvia-

 

Sería un mundo abierto

Dispuesto a que lo circulen

Pájaros, fieras y fantasmas.

Un alguien con vida vegetal

Verdeando las sendas y los montes.

Con que yo te nombrara…

 

NO IMPORTA

 

Todo corre,

Se mueve al ritmo

Pausado, pero firme

Con que la sangre

En su normal ruta

Alimenta las vísceras

Y baña de calor y fuerza

Cada porción,

De tu cuerpo,

Bello,

Terso,

Pleno de ilusiones.

 

Del mismo modo,

Deambula la vida;

Se encuentra,

A veces,

Compartida, y

En otras,

Desesperada,

Pero siempre en movimiento.

 

No te detengas,

Jamás,

El ritmo;

Sigue,

Impulsa tu vigor

Hacia el mañana;

Arrastra lo que se oponga

A tus designios.

 

Sé tú,

Siempre:

No frenes los cauces

De tus decisiones;

No detengas

–por nada ni nadie–

El paso firme

Que tu mente  busca,

Que tu corazón anhela.

No importa que arrastres

Mi amor,

O lo deshojes,

¡no importa!

 

 

MANDALA

 

Desconéctate,

Dolor profundo…

Aún no es hora de la desintegración.

 

¡Ah, como anhelaba la noche!.

Llegó,

Con su perfume de amor,

Derramando esencias increíbles.

Una atmósfera de flores, cantos,

De ruidos citadinos

Arrullaron las horas,

Colmaron los minutos

Y sobresaltaron los instantes del clímax.

 

Todo era perfecto,

Único

Ineluctable

Compresivo

De los dos.

 

Partí,

Con las luciérnagas falsas

De la calle del barrio:

Ni el rugido incesante del motor

Pudo arrancarme las sensaciones

Logradas:

Puras,

Profundas,

Incontrastables.

 

Todo fue en una:

Saber,

O creer saber,

Eternamente del ayer

Para que

-verdugo incontrastable-

El desengaño destruyera

La dulce sensación corpórea,

El cansancio maravilloso

Que adormece, y

Los chacales de la impiedad

Desgarrarán mis visiones,

Goces,

Accesos de muerte dulce,

Hundiéndome inmisericordes en la

Angustia.

 

¿Para qué?…

Clama mi ser desesperado;

¿Por qué?…

Ante la inmensa y triste noche

Que sin piedad avanza.

 

AYÚDAME A MORIR

 

Envuelto en el calor infernal

siento frío,

mis manos yertas buscan

imágenes bestiales me ensombrecen.

Estás y no estás.

Oigo lejana tu risa cantarina

que no es para mí;

quisiera trascender al infinito

para que recobres libertades que te agradan

pero no puedo,

no puedo

no.

El horizonte ancho y bello

forjado en amante contubernio

con el flujo de corazones insuflados

que te hizo indispensable porque no sé qué hacer sin ti

¡ya no existe?

¡Quién me castiga por haberte integrado a mí?

¡Quién?

¡Qué hay en el horizonte cercano

si tus ansias no se calman en mis brazos?

Silencio y muerte

sin tus latidos golpeando mi cuerpo

y mi corazón galopando para ti

en ti.

La espera

esa que nos permite ser no sólo parecer,

¿vence tu vigorosa mente

atormentada por presiones mil?

 

¿Reduce resistencias forjadas con dolor y fuego?

¿Puede socavarte hasta olvidar

y llenar de fantasmas amables tu camino?

Enséñame entonces una muerte que allane tu camino

 

 

 

SECUENCIAS

 

Hace algunos años,

Cuando el tiempo era en parte mío

Y soportaba un ocio breve,

Productivo,

Intenté plasmar en letras,

-garrapateadas al atardecer-

O en mañanas luminosas,

Preocupaciones mil

Por el terruño;

Verter incienso

A los forjadores de la nación,

Del pueblo mismo;

Cantar el amor,

A la vida cotidiana

Con su amargura y sus delicias.

 

Intenté crear versos,

Libres como la mente humana,

Sin cadenas mayores

Que las propias creencias,

Que los candados forjados,

En el amor y la pasión creadora,

Una oración

En mil partes,

En fragmentos que se mecieran al sol

Por el aire, al agua

Y purificara el fuego.

 

Sólo puede pergeñar bocetos,

Armar castillos con los pies alados.

Crear sonatas que nadie ha escuchado,

Y vivir amando,

Intensamente, amando.

 

 

QUERIDO ENRIQUE:

 

Un poema que nos pinta enteros

Que recoge los umbrales

Del dolor y la tristeza

Que va más allá de lo efímero y voluptuoso

Que es capaz de conmover

De llenar la conciencia de colores y certezas

Pleno en su peregrinaje

Por lo noble y lo plebeyo

Centrado en la vida como esencia y canto

Así se visualiza el que hoy

Con el corazón en la mano

La mente fresca y contundente

Incorporas a tu tarea editorial

Cómo homenaje solemne a quienes se fueron

Con y por la pandemia que nos asola y llena nuestras mentes

De imágenes vividas y soñadas

Al lado de ellas y ellos

Nuestros hermanos por herencia

O porque así lo concebimos poco a poco

Nuestros amigos compartiendo instantes

Solemnes por naturaleza

Por ellos

Por los de ayer

Y los de mañana

Te acompaño en tu canto de redención y vida.

 

 

 

CREACIÓN

 

 La hélade blanca

Impactó tu ser,

Pero dentro de ti,

Surgió poderoso

El espíritu;

Pleno de luz ancestral,

Cuajando de esencias

Puras,

Integrales,

Capaces de oponerse al

Mundo occidental.

 

Porque es así:

Provienes de culturas

Profundas,

Definitivas,

Aquellas

–nuestras–

Soterradas por la barbarie,

–conquistadora y brutal–

Nunca desaparecidas.

 

Como un nuevo  Quinto Sol,

Surgirán en ti,

En tu cosmos personal,

En el mañana,

Arduo,

–como todo lo bueno–

Que para ti creas.

 

 

FUEGO INMEMORIAL

 

Dejaré de existir,

Si así lo quieres,

Me cubriré con manto misterioso

que sólo deje ver

el sol de tus pupilas aunque estén ausentes,

y apenas sean recuerdos y aún miradas.

 

Dejaré de existir

Para tus ansias,

Embriagaré mi conciencia

De recuerdos

No sólo de mor o de pasiones,

También de dolores,

De vivencias discretas

Pero plenas.

 

Estacionaré mis ansias,

Mi locura de amor

Y mi  impaciencia,

Hasta que el sol retorne

De tu ausencia

O me inscriba en su fuego

Inmemorial.

 

 

DOLOR I

 

Se refunde mi voz

En una soledad

Inesperada,

Sus cantos

Ayer trinos y balidos de amor,

Hoy apenas suenan

A graznidos lastimeros

De cisne orgulloso

Que dobla su cuello gris

Y lo oculta en el lodazal

De la cotidianeidad.

 

Las soledades,

Por lo general productivas,

Bellas, cautivantes;

¡cómo duelen

Cuando rompen su encanto,

Su sueño infinito!

 

Todo ello responde a la pena,

A la soledad

Sin compañía,

Cercana o lejana,

Siempre presente,

Compaginadora de los sueños,

Alabastro del amor

Y la esperanza.

 

 

DOLOR II

 

Lo sé…

no eres como yo

ni pretendo modificarte porque así te amo: no piensas en el amor eterno,

la cúpula de tus sentidos

se doblega ante el impulso ajeno… aún así me haces falta.

Tu fuerza desatada

sin control me arredra,

desata miedos escondidos, ancestrales que creí vencidos para siempre.

Ámame…

no lastimes la ternura que provocas

en las horas plenas de nuestro encuentro, no me lances a mis sueños

en que te someto con besos y ternuras para que renazca pulcro,

limpio denso

nuestro amor eterno.

Solo tu palabra, tu risa y tus gestos pueden limpiar de mi alma el sufrimiento.

 

 

 

CADENA ALIMENTICIA

 

Cuando el águila está en vuelo

Majestuosa se placea

Pronto vendrá desde el cielo

Vertiginosa odisea.

 

Levantará desde el suelo

La presa visualizada

Para dar a su polluelo

La comida tan deseada.

 

Ese animal poderoso

Como todos en su reino

Será siempre cuidadoso.

 

No es asesino brutal

Solo cumple con empeño

Preservando su heredad.

 

 

VALENTINA

 

Vienes, de un sueño forjado, A llevar la luz y belleza;

Los ecos del amor, Energía vital, sempiterna Naciste, en el sol Templado en verano: Irredente,

Noble, arrogante, bello,

Ardiente como el sino de tu existencia.

 

 

RETO AL SOL

 

 Todos los despertares son hermosos;

La impresión primera de la vida para algunos,

Al nacer

Casi todos,

Muchos… después.

 

Pero cuando la madurez encuentra la ruta,

Cuando sabes que transitar

Requiere esfuerzos, fatiga,

Alegrías y a veces dolor,

Entonces el despertar se reitera

Día con día,

Mañana a mañana,

Y lo hermoso se multiplica,

Adquiere formas, colores,

Se transforma en vitrales cambiantes

Ante el enfoque visual óptimo,

Que en cada momento se concede.

 

Hoy desperté

Entre los verdes,

Amarillos, grises y azules de la distancia

Aún limpia,

Aún transparente,

De la periferia citadina;

A mi mente acudieron imágenes

En voces etéreas,

Siempre palpables,

De una vida feliz.

 

 

 

¿QUÉ SOY?

 

Como pétalos secos,

Con perfume pero sin vida

Soy,

Estrella luminosa

Distante y solitaria

Soy,

Como  mar

Formidable y lejano;

Como barca sin timón

Con peces muertos;

Como mi almohada

Sin mí,

Solo eso soy.

 

Apenas si alcanzo a escuchar

El susurro de tu voz

Entre los cables;

El ruido de las ruedas

Que te llevan

De aquí para allá,

Sin mí

–perdido mi calor y mis ensueños–

Sin que tiendas tus manos

Como flores,

Pidiendo ardor al fuego,

Para calmar una sed de eternidades.

 

Alguna vez,

Entre el rictus feliz

De tu mirada,

 

Quise forjar un almenado nicho,

Recrear mundos

Nuestros

Míos en un egoísmo sin medida;

Quise asombrar a todos

Y lo logramos,

¡Vaya si lo hicimos!

Hasta que el sol

Fue tapado por un dedo,

Cuando la luna dejó de salir

A nuestro encuentro;

Entonces supe como se destruyen

Los ensueños.

 

Eso soy ahora:

Una ensoñación sin rumbo fijo

–precaria y temporal–

Una roca derretida,

Un mar insondable y manso,

Un errante…

Solamente un errante.

 

¿CUÁNTO?

 

Son casi tenazas candentes

Las que atosigan mis sienes,

En espera.

 

El tiempo no pasa,

Se queda resecándome la piel,

Que ya no se amamanta de tus sudores

De las aspiraciones de tu cuerpo febril,

Sanamente febril y ebrio de placeres.

¿Cuánto más esperaré?

Cuánto,

Para retornar a los cantos de la sangre,

Al gorjeo fecundo de la risa,

Al muelleo incesante de un corazón

Que se desboca.

¿Cuánto?

 

 

CARLOS–POETA

(a Carlos Pellicer)

 

En la vorágine de mi mente

Te localicé,

Cuando a mí sólo llegaban salmos

A la naturaleza;

A la vida,

A la patria henchida,

En su túnica de agua, “de verde que te quiero

Verde”

De flores multiluz y multisombras.

 

Y allí, Carlos Poeta,

No sé si excelso O epónimo

O único… Pero poeta,

Al tamaño de natura,

De la de tu Grijalva,

De nuestro Usumacinta.

 

El sonido cadencioso

De tu metáfora inconfundible,

Vital,

Adorna horas de lectura suave,

Que deja entrever pasiones,

Dolores escondidos,

 

Penas añosas

Y amores,

Sí, amores como los que piden

Hoy,

Siempre,

Una entrega total

Como la tuya,

A esa tierra que hollaron tus plantas

Y acariciaron tus poemas

Eternos.

 

ENLAZADOS

 

Ensoñación y muerte nos confunden

Aún hay sol, hay lluvia y cantos,

Pero en Irak se mueren

En guerra y paz, en éxodo, se mueren.

 

La prensa de hoy, de ayer,

Tal vez la de mañana,

Nos habla de dolor, de sueños rotos,

De miseria, de hambre, de tristezas;

Sólo en nuestro ser guardamos rosas,

Creamos árboles, cisnes y palomas.

 

Hasta aquí llegamos en el odio,

Rompamos lanzas con la muerte absurda;

Un mundo nuevo surgirá glorioso

De nuestras manos estrechadas,

De nuestros corazones enlazados,

De nuestras decisiones,

De nuestros actos por la vida:

De plantar un árbol en la acera,

De cuidarle al gorrión su nido frágil;

De caminar y gozar nuestros espacios Y acordar,

con risas, y con cantos,

la tristeza, el dolor de lo destruido:

una rama, una flor, siempre esperanza.

 

No más luchas aquellas

Enternecidas solo,

Que terminan en amores,

 

No más pretensiones de poder

Que los que impulsen la simiente

De la vida,

Que recuperen el mar, limpien sus aguas,

Absorban los polvos malignos

De los aires;

Restituyan a la tierra su potencia

–germinadora de voluntades–

 

Enlacemos las manos,

Unámonos al canto de la vida

Enlacemos las manos:

Cuidemos nuestras flores

Nuestras plantas,

Nuestro amor

Y nuestras vidas.

 

 

DEL MISMO SON

 

 Guatemala y México, son

Eslabón del mismo cielo;

Bailando van rumba y danzón

Pero con distinto cielo.

 

Uno se mueve con gracia

Porque la trae como estripe;

Mas su pueblo está en desgracia

Y sin recato la exhibe.

 

El otro: sufre de insomnio,

Pelea, busca y conforta

En su historia, no de momio.

 

Uno, como el bello Antonio;

Otro, con un sol en puerta;

Son dos partes, de un binomio.

 

 

RECUPERAR TU VOZ

 

 

¿Qué otra cosa importa Hoy,

Mañana, Siempre,

Sino recuperar tu voz?

 

¿Qué ruta puedo recorrer

Con ritmos plenos,

Satisfechos,

Si no son los de tu ser

Iluminado, terso?

 

Aquí estaré,

Hoy,

Mañana,

Siempre.

 

En el recuento de los días,

La vigilia de las horas

Que aún faltan…

Que los pájaros trinan

Y la lluvia me marca,

Inusitada.

 

AL QUE LLEGA

(nacimiento de un hijo)

 

 

Hay un emplasto…

Crepuscular y progresivo,

Compañía incuestionada

De todo invierno sobrio,

Detonante de bajas en la escena,

Coadyuvante de atardeceres,

Predecesor incontrolable

De transformaciones acabadas,

Profundas, telúricas, amorfas.

 

Los collares pétreos de la Tierra

Que cercan nuestro entorno vivido,

Pierden su mancha verde

Para pintarse

En grises, ocres y morados yertos;

Soterrando la semilla que volverá,

Con brotes nuevos

En la aurora transpira

De la primavera subsiguiente.

 

Moradas y calles citadinas,

Arbóreas zonas conspicuas y mudas,

Cubre con un manto de hojarasca

Las pisadas de los hombres,

De mujeres y niños

Que deambulan cubiertos de colores mil y,

Consternados,

Siguen la volátil caída de las hojas,

Muestra temperamental

 

De la sima de un año,

Que coincide con el frío contaminado,

Con la homilía final, su carga última.

 

Al interior de un cuerpo rebozado,

De un ser que cubre un ciclo,

Que se prepara,

Cansado, soñador aún,

Breve ante el amor,

Sereno con la carga a cuestas,

A responder a las consignas de su cuerpo

Arropando con su vista los colores

Secos, serios, inactivados del inverno,

Procesando sus esencias

En lo interno,

Preparando a la luz

Que una sonrisa genera

En le espera del mañana.

 

 

RESCATE

(Canción)

 

 

Dulce néctar de las flores

Que transpiras en tu aliento,

Tierno sol, suave tormento,

Dale vuelo a mis amores.

 

Oxigéname los labios Inocúlame tus penas,

Que nos circule en las venas

Fuego y amor, sin resabios.

 

Juntos, subamos al risco,

Aprisionemos  pasiones

Y unidos los corazones;

 

Lancémonos al abismo,

Que al superar tentaciones

Destruiremos egoísmos.

 

 

 

COLORES PARA MAÑANA

 

Apenas si un concierto de Vivaldi,

Profundo, relampagueante,

Puede alejarme de la idea obsesiva,

Tenaz, inconsecuente,

de que el núcleo germinal de la generación anterior está de retirada.

 

Aquí, en este Tabasco,

Singular, cálido,

Arcoírico

Pasan en película polícroma,

De mi mente a mis ojos,

Musicalmente, los rostros idos.

 

En un sostenido de sol

Aclamó pero no disfrutó,

Alejado en plenitud… Amalio,

Cuando iniciaba su ruta,

Prodigiosa.

 

Confundida con el violín

De tonalidades más que humanas,

De Bach, Herlinda…

Formidable, creadora, amantísima,

Incomparada al sí, de la existencia.

 

En tonos profundos de Mozart,

Expresando amor,

Consuelo…

Suave, espumante, dominadora,

Madre fuerza, mujer dolor,

En fa continuado, interrumpiendo bruscamente

 

Juntos,

Bajo la dermis del canto

Son impulsos para continuar

La lucha diaria…

La esperanza…

 

MAÑANA

 

Busquemos

Entre los pliegues de la complacencia

Y las vigorosas aristas

De la pretensión de cambios,

Las rutas ciertas

Para el despertar que atosiga.

 

El mundo cruje en sus entrañas

Carcomidas por siglos de ignominia,

De destrucción pervertida,

Perversa;

No sólo fueron los carros de la guerra;

También la droga

Y putrefacción:

El desdoro de lo noble,

El engrandecimiento del éxito;

Deterioro del medio

Transformación:

En innobles artefactos

Que matan;

En sublimes olores

Que desoxigenan.

 

Pero aquí estamos hoy

Y no nos han vencido;

Insistamos

–con todo el dolor y la entereza–

En las rutas ciertas,

Los cauces, sonoros,

Iluminados, Limpios,

De gran mañana.

 

 

ESPIRAL

 

Cuando te das cuenta…

–Si te ocurre–,

Ya has reproducido tu poder

Y en ellos ves la perspectiva de alargar

Tu presencia,

Tu creación,

La fortaleza de tus esencias.

 

Y la mueca llega al punto

De romper el ritmo,

Y avanzar a otro espacio;

Y ocurre… inexorable,

Porque es eso:

Una mueca sin fin,

En espiral.

 

Alguien, vital, se junta

Con su par

Y naces…

Por algún tiempo,

Vives…

Casi no entiendes,

Por qué eres feliz.

 

Empiezan después los impactos

De la relación;

Entiendes que es ser humano…

Y sufres por ellos;

Quizá,

Hasta luchas con todas tus fuerzas

Para modificar el mundo que habitas

O…muy pronto en tu evolución,

Te enconchas, olvidas y vegetas…

 

DE DOS, OTRO

 

Al que un día calendario

Le cedieron,

Que comparte mundo

Y destruye males.

Cuestión difícil

De respuestas varias:

Quienes le viven fríamente

-sexoalcoholizados, drogosexados-

Impidiendo acrecentar esencias

Desvelar preciosas formas,

Adquirir vigor inusitado;

Otros,

Otras,

Lo sufren,

Lo envenenan de amarguras,

Reinventan falsos mitos

Que cubren de falsías;

Quienes le vencen

O pretenden hacerlo con penurias;

Desesperados

Que no saben alimentar su dulce,

Tenue,

Proverbial ventura.

 

El amor

Es recuperar una mitad alada;

Integrarse

Dos en uno

Imaginario, pleno;

El deseo no carnal

Sublime

 

Por conformar lo otro;

Por ser de dos,

Uno

Y en uno esconder la dualidad

Perdida.

Amor

Es crear un paraíso propio,

De dos en uno

En lo otro,

Forjando en conciencia

Con paciencia firme.

 

Amor

Es entregarlo todo,

Dos para uno

En otro,

Creador de un universo

Propio

Nuestro,

Para vivir en plenitud terrena.

 

Solo así:

Dos en uno

En otro,

Es posible amar,

Amarse,

Como lo que somos,

Como somos,

Y llegar a ser

-sin dudas, sin temores-

Dos en uno,

En otro.

 

HACIA LA NADA

 

 

Miro circular los polvos siderales

A través del opaco cristal de la ventana;

En ellos corre mi esperanza,

Mis ilusiones

Y los hechos cotidianos.

 

No es verdad que estén tan alejados

Puedo traerles, con sólo estirar

La mirada.

 

No se apartan nunca;

Ahí están, impertérritos,

Esperando tu jineteada

Hacia el mañana.

 

De repente, retorna

La esperanza, ceden las ilusiones,

O estás columpiando, en la esperanza;

Entonces,

Por más que mires hacia el sol,

O te cuelgues de una estrella,

Ya no puedes galopar,

Ni estirar tu mirada,

Ni nada,

Ni nada

De nada.

 

FIESTA

(canción)

 

 

Me trastorna los sentidos,

El rojo de tus entrañas

Cuando circulo, sin ruidos,

Tus rumbos de telarañas.

 

Fuerte son, suave rumbilla,

Ejercita, al corazón

Y al cielo, pone sombrilla

Rimándome, una canción.

 

Ya no puedo, ya no debo,

Estoy en medio del caos

Porque en el ritmo te llevo.

 

Como en campana de gaus

Oxígeno,  que  yo  quemo,

Y fuerza de los saraos.

 

DESESPERANZAS

 

Emparejarse,

Es un ideal

Que no es siempre dulce, placentero,

Que lleva dolor de ajustes,

Penas de crecimiento,

Sinsabores de inexperiencias.

 

Para algunos, la posibilidad llega

Cuando las luces de la primavera

Ya pasaron;

Cuando el compromiso social

Está integrado al quehacer

Y hacer,

Cotidianos,

Cuando sol y luna,

Se unen en la acción

Y en el tiempo;

Ese grato tiempo de la relación preciosa,

Que ya no llega,

Si no es con el olvido

Del compañero supremo y único,

Con la conciencia y la práctica social.

 

Pero hay, también, quienes endulzarán

Su existencia,

Con esencias banales,

Incongruentes y erróneas

Del éxito fácil,

Del avance a saltos

Que refleje poder económico,

 

Y pólizas de préstamos a plazos

Que se desmoronan hoy,

Tal vez mañana,

Sin más huella que fatalidad,

El rencor,

El por qué,

El odio acervo

A lo que vino y se fue.

 

Días incongruentes

Valores innatos

De la verdad, la justicia y el amor.

 

 

 

LA VIGILIA DE LAS HORAS

 

 

A veces,

Parece triste el mundo,

Aún con su verdor recuperado;

El sol calienta,

Brilla,

Funde mi dolor callado.

 

Todo vive y crece

En el vigoroso seno

De la lluvia;

Sementera ilusionada,

Fuerte

Es la fértil tierra:

Ahí planté esperanzas

Y recuerdos

Que se cubren con el eco de tus Voces,

Y –siempre conmigo–

Ajustadas al tímpano total

–sonoras siempre–

En la distancia, en los tiempos.

 

Pero ni el viento,

El sol

La húmeda tierra.

–energías prodigiosas–

Pueden cubrir la ausencia

De tu amor,

De aromas

Que inundan con esencias,

La experiencia.

 

 

 

¿CUÁNDO?

 

 

¿Quién puede predecir

Cuándo y cómo,

De quién y a qué hora

Saltará la decisión

De la hecatombe?

 

¿Cómo precaver la muerte

De lo que tanto costó

En limpiar,

Momentos y constancias

Los errores corregidos,

O fallas sin remedio?

 

¿Cuándo tendrá el ser:

–cambiante, torpe, impreciso,

Humano–

La formación suprema

Para sorber la vida,

Con seguridad,

Sin dudas?

 

LIBERTAD Y REVOLUCIÓN

 

 

Las luchas libertarias, son terrenas,

concuerdan con la esencia de una etapa;

su cúspide concierne a épocas plenas,

construyen, a pesar de espada y capa.

 

Revolución es eco de un pasado

que se adentra en el bronce de los pueblos

su preámbulo, cunde lo pactado

que es impulso, es luz y son anhelos.

 

Revolución sin libertad,

es vana, libertad, prestada o dada, es eco;

se pierden, en la luz o en la oscurana.

 

De ahí, la libertad, cual flor de mayo,

de ahí, la revolución, de canto virgen;

fundidas en el pacto del ensayo.

 

 

 

EVOLUCIÓN

 

 

Desde el corazón de nuestra historia,

Ahí donde nació el Imperio,

Los imperios, –reales y ficticios–,

En el ámbito en que resuenan las trompetas

Para honrar,

Al símbolo de la nacionalidad;

-moderno, nativo, nuestro o sacrificado-

Siento el latido ígneo

De la tierra,

Confundido

Al palpitar del hombre preocupado.

 

En los muros coloniales,

Aún vigentes,

-más que dentro de las piedras

Sacrificantes-

Se sienten ecos de dolor

Y de batalla,

Allí está

-sonora y latente-

La historia general de nuestras eras,

El calor que dio vida y dio nación;

Los excesos de los aviesos y encorvados;

La savia de los mártires,

El empeño de los vencedores.

 

Ahora las cosas no difieren:

Hay traidores, patriotas y emboscados;

Se mueren las musas, los hados

Y los íncubos;

 

Para azorar el ambiente –unos–,

Para festinar los hechos –otros–,

Para embrollar, buscando soluciones,

–todos–.

 

Somos porción vital

Y omnipresente,

Es el lecho humano, que se alarga;

Zumos y esencias nuestras

Integran la verdad agridulce

De un mundo aún contrito,

De un México aún en concreción.

 

CUANDO ME OLVIDES

 

 

Cuando, al fin

Me olvides:

¿Ocultarás mi recuerdo

Entre el pelambre de la osa feliz,

O seguiré siendo un pétalo

De rosa azul

Pegado a tu corpiño?.

 

Cuando, al fin

Me olvides:

¿Perfumarás tus noches solitarias

Con recuerdos febriles,

O simplemente sonreirás al saberme,

Eternamente

Enamorado de ti?.

 

Cuando al fin

Me olvides:

Yo seguiré devorando

Las rosas dulces de tus ojos,

Cual pétalo perdido

En los poemas a tus primaveras;

Y tú,

¿de qué árbol

Colgará la luna de tu otoño?.

 

ENCUENTRO

 

 

Si quisiera encontrarme contigo

En la distancia y en el tiempo,

Te buscaría detrás de los sentidos,

Por el impacto que creas en mí,

Por las sensaciones

–vividas desde siempre,–

Por los ecos

Que martillean cada instante,

Que perforan,

Que dulcifican o mueren mi existencia.

 

Te buscaría en las voces,

En todas o ninguna,

Porque dominas en el hoy

Y controlaste el ayer,

Sin comprenderlo.

 

Un dolor sería mi búsqueda

Una esencia inasible

De jazmín y lirio en la distancia,

De rosa y geranio en el presente,

Por siempre tuyo,

Incomparablemente tuyo,

Querría encontrarme entre la lluvia,

Cuando desvanece

Su caudal de vida.

 

Te buscaría en el fuego taciturno,

De una hoguera languidecente,

Mi búsqueda terminaría,

 

Sin sentir,

Al calor de tus mejillas,

En la humedad volátil de tus labios

Y, juntos,

Como encontrados,

Seguiríamos recorriendo los caminos,

Que aún faltan,

Que crearemos

Uno al lado del otro

Hasta el final eterno.

 

CANTO A CARDENAL

 

 

Quise escribirte hoy

Admirado cantor celeste

Tu numen me toca

De norte a sur

De este a oeste.

 

Tu nombre ya son esencias

De sonidos y querencias

Que unen a la Región

Tu poesía nos alumbra

Rutas patrias de redención.

 

Tu cuna es el Continente

Latinoamericano en esencia

Cantor de vuelo firme

Estás en los corazones

De cada habitante del Caribe.

 

Lo lamento Nicaragua,

Ya no es más tuyo el poeta

Del hombre firme de acción

En los rincones caribeños

Se escucha fuerte su canción.

 

Avalas en tu verso

En tu experiencia sentida

Tu palabra valiente y profética

La ramazón de tu lucha

Que a soslayo del clero

Te hizo guía hacia lo eterno.

 

Estás hoy en el sitial

Luminoso y sempiterno

Al lado de Miguel Hidalgo José María Morelos en México

Otros curas que impulsaron

En la Región con firmeza

La libertad tan deseada

Romper cadenas de esclavos

E independencia en la vida.

 

Galeano nos expresó

En sus “Venas abiertas”

Una realidad que continúa

Entre miseria y presiones

Robo de derechos ancestrales

Para enriquecer a unos cuantos

De aquí pero más de allá

De pueblos que nos conquistaron

Que nos partieron la tierra

A sangre y fuego masacrando

Y retornan para chupar esas “venas”

Que alimentan confort y riqueza.

 

Así te pensamos y leemos

Cardenal poeta de la liberación

Artífice de una nueva patria

Augurio de la patria grande

Que construimos a saltos

Y sobresaltos

En la que no cejaremos nunca

Tras centurias de búsqueda e impulso

A su conformación.

 

ETERNO

 

 

Nuestros espíritus

Se comprenden,

Han contemplado juntos el horizonte

Y saben,

O intuyen

Que nunca podrán andar,

–por el espacio y el tiempo–

Solos, separados:

Son ya, uno solo,

Pero los espíritus

No son de este mundo.

 

Aquí,

Ante las flores, los árboles

Y las montañas;

Al lado, de los ríos

Y en las rompientes de los vientos,

La vida se da de otra manera.

 

Los cuerpos se juntan,

Gozan y sufren,

Se separan

Cuando

Sienten que han cubierto su deseo,

Que su relación culminó en el éxtasis,

O en el fracaso,

Pocos, muy pocos llegan

A estrecharse en perspectivas sublimes,

En sensaciones únicas,

–elegidas de dioses–

 

Pero todas, las más

O las selectas en el amor,

Sufren los errores de la carne

Y se empatan en exigencias sociales,

En la podredumbre del interés,

En la solución a diferencias,

O en el bochorno de amar físicamente

Un cuerpo que envejece,

Que avanza su madurez,

Y se encamina a la transformación

Que la naturaleza definió

Sin salida.

La rosa imparable,

De la vida y de la muerte.

 

El amor es un ritmo, es un acoso,

un dolor de verse y no verse, un gozo de la cercanía

o de la distancia, un pretexto,

un hecho,

elemento feliz de emparejarse, de acercarse y juntarse

hoy, mañana, siempre.

 

 

ÍNDICE

 

EL VIAJE A LA POESÍA

DE  VÍCTOR  MANUEL  BARCELÓ  RODRÍGUEZ  / 7

Por Rafael Pineda

 

 

ARRULLO / 13

SUEÑO / 15 GUERREROS I / 16 GUERREROS II / 17 ECOS / 18

CARGA / 19

ÉXITO / 20

IDENTIDAD / 21

PRECIO / 22

ASOMO / 23

AÑORANZA  / 24

VERDAD–MENTIRA / 27 SURGIRÁ… SI TE ATREVES / 28 ANSIOSO / 30

¿SERÁ?  / 31 NO IMPORTA / 32

MANDALA  / 34 AYÚDAME A MORIR / 36 SECUENCIAS / 38 QUERIDO ENRIQUE: / 40 CREACIÓN / 41

FUEGO INMEMORIAL / 42 DOLOR  I  / 43 DOLOR II / 44

CADENA ALIMENTICIA / 45 VALENTINA / 46

 

RETO AL SOL / 47

¿QUÉ SOY? / 48

¿CUÁNTO? / 50

CARLOS–POETA / 51

ENLAZADOS   / 53 DEL MISMO SON / 55

RECUPERAR TU VOZ / 56 AL QUE LLEGA / 57 RESCATE / 59

COLORES PARA MAÑANA / 60 MAÑANA / 62

ESPIRAL / 63

DE DOS, OTRO / 64 HACIA LA NADA / 66 FIESTA / 67

DESESPERANZAS / 68

LA VIGILIA DE LAS HORAS /  70

¿CUÁNDO? / 71 LIBERTAD Y REVOLUCIÓN / 72

EVOLUCIÓN / 73 CUANDO  ME  OLVIDES  / 75

ENCUENTRO / 76 CANTO  A  CARDENAL  / 78

ETERNO / 80

 

 

 

 

 

 

Por Víctor Manuel Barceló Rodríguez

Víctor Manuel Barceló Rodríguez (Emiliano ZapataTabasco1936) es un destacado político y diplomático mexicano. Fue embajador de México ante Colombia y gobernador interino del estado de Tabasco (1999). Desde 2019, es embajador de México ante Uruguay. También fue presidente de la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración). Se le cataloga como uno de los políticos y diplomáticos mexicanos de más prestigio. ​