LA AGENDA EN RED
Mucha tinta ha corrido de los medios de comunicación sobre todo en las redes sociales con el tema de un supuesto plagio hecho por la actual Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lic. Yasmín Esquivel Mossa, quien aspira ser la Presidenta de la referida Corte de Justicia de la Nación. Las acusaciones son muy serias y delicadas, pero sobre todo, porque van en contra el principio legal que debe de prevalecer en México. Nuestro poder judicial.
Al inicio del tema de la acusación de plagio, el escándalo fue mayúsculo. Anteriormente sabíamos de plagios de personajes muy famosos en nuestra clase intelectual y de medios de comunicación, e incluso, hasta de un expresidente de la Nación, pero nunca a este nivel debido por ser la elección de quien ocupará la silla de esa presidencia del máximo tribunal judicial del país.
Opiniones y declaraciones se han vertido sobre el tema, pero el que llama más la atención es el de un video subido en redes sociales en que el autor expone las dos tesis presentadas tanto de la ministra como del hoy abogado, Edgar Ulises Báez Gutiérrez.
El asunto lo ventila exponiendo físicamente en dos pantallas en una computadora las dos tesis y se van comparando hoja por hoja y línea por línea para saber si hay o no plagio, o como había dicho la UNAM al inicio de este escándalo, que a simple vista existían coincidencias con las tesis, pero después de conocer este video, no es una coincidencia definitivamente, es una similitud total existente en ambas tesis.
La ministra Yasmín Esquivel expone en su defensa un escrito dirigido a la opinión pública de qué ella comenzó a hacer su tesis mucho antes de la que presentó en 1986 el estudiante en ese entonces Edgar Ulises Báez Gutiérrez.
Y pone como testigo a la que fue su asesora en la tesis Martha Rodríguez Ortiz, quien días antes, había manifestado la legalidad de la tesis de la hoy ministra.
Lo extraño del tema es qué esa misma asesora es la misma que revisó la tesis del abogado Edgar Ulises Báez en el año de 1986 y la ministra la presentó en 1987. Pero la asesora de la tesis fue la primera que entró en su defensa de la ministra aduciendo de qué no hay pruebas de un plagio y qué ella apoyaba que la tesis de la ministra era la buena. La otra no supuestamente.
Este asunto ya pasó a ser responsabilidad de la aclaración y decisión de a quien corresponde la autoría original de la tesis de la UNAM. Quedando entonces nuestra máxima casa de estudios de la nación como la responsable de la decisión de desmentir quién plagió a quien.
El presidente López Obrador ya intervino y acepta que la UNAM sea quien decida el dictamen final del tema. Acusa que los conservadores son los que están detrás de esta situación y que el confía plenamente en la ministra porque ella está muy de acuerdo con la transformación del país, o lo que es lo mismo, de la 4 T.
Lo que llama la atención es que es que la misma asesora de ambas tesis haya asesorado a las dos personas hoy mezcladas en este plagio, lo que pareciera ser que por cuestiones de la línea del tiempo, la asesora haya puesto a disposición de la hoy ministra una misma tesis que ella misma revisaría un año anterior.
Entraría entonces el juicio y dictamen de la UNAM para acusar a un culpable de esta delicada situación de quien pudo haber hecho el plagio y haberlo puesto a disposición de la hoy entonces aspirante para recibir su título de la actual Ministra.
Si fuese así, el resultando podría llegar hasta la cancelación del título entregado por la Escuela Nacional de profesionales de Aragón a la ministra Yasmín Esquivel Mossa y la suspensión de la asesora de tesis, Martha Rodríguez Ortiz, de la UNAM. Esperemos entonces el dictamen de la UNAM.