CARTA ABIERTA 

La estrategia de minar al partido desde adentro no es nueva. Así lo han hecho muchos esquiroles que teniendo un pie en otras siglas, se niegan a salir de sus colores de origen a fin de causar el mayor daño posible antes de irse. Y este es el caso de la impresentable Katia Ornelas Gil.

La diputada priista Soraya Pérez Munguía ha dicho que la remoción de Ornelas de la presidencia de la Comisión de Fomento y Desarrollo Industrial, no es un tema personal. Señala que la decisión es institucional y bajo acuerdo de la coordinadora de la bancada, Maritza Malleli Jiménez Pérez.

Como cabría esperar, doña Katia acusó a la dirigencia nacional de intervenir en las decisiones de la bancada priista en el Congreso local, por lo que, según comenta, están violentando los acuerdos previos que hizo con Dagoberto Lara Sedas, es decir, continuar en el tricolor. ¡Vaya frescura!

Ahora, Ornelas dice que piensa abandonar el PRI; que pese a las invitaciones de otros partidos como el PVEM y Morena, no ha tomado una decisión. Lo cierto es que la diputada tiene varias semanas sin ir a las reuniones del grupo parlamentario.

En primer lugar, habría que decir que la legisladora es una tránsfuga que ha traicionado la confianza del partido. A pesar de existir cuadros con mucha mayor presencia y convocatoria ciudadana, se le dio ese cargo plurinominal sin merecerlo. ¿Fue un error?; sí, lo fue.

En segundo sitio, poco es lo que la legisladora tránsfuga aporta en lo político al PRI. Y es menos lo que aportará al PVEM o a Morena. Es un caso de oportunismo político en el que muchos políticos viven sus cinco minutos de gloria, para después desaparecer para siempre de la escena pública y de la memoria colectiva. Se equivoca ella si piensa que llegará a desplazar a cuadros que llevan años picando piedra, en espera de su oportunidad.

En tercer lugar, doña Katia habla de los acuerdos tomados personalmente con el dirigente Dagoberto Lara. Que se sepa, en esos acuerdos no figuraba su deslealtad a un PRI que le dio todo lo que ahora es en todos los aspectos políticos, económicos y personales. Es inadmisible que hable de respetar pactos, cuando ella misma fue la primera en quebrantarlos.

En el cuarto punto, Dagoberto no tiene otra opción más que expulsarla a la brevedad posible. Sacarla oficialmente es lo conducente para quitarse esa ‘piedra en el zapato’. Ojalá, en salvaguarda de los intereses del tricolor, esa decisión no se demore. La militancia exige extirpar de tajo esos tumores malignos que representan los oportunistas que sólo ven por sus intereses personales.

Y puede apostarse, doble contra sencillo, que ni los morenistas ni los pevemistas brincarán precisamente de gusto cuando se sume a sus filas.

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63