Tiempo de Política
El nuevo gobierno de la República presidido por Claudia Sheinbaum trae dos objetivos principales: la continuidad de la Cuarta Transformación y los pendientes para avanzar sobre los rezagos heredados por las administraciones priistas y panistas.
La continuidad de la 4T fue programada por la presidenta Sheinbaum Pardo con la puesta en marcha del Plan México, que contempla la ampliación de los programas sociales, las obras estratégicas, la recuperación del poder de compra del salario y se agregan una política de sustitución de importaciones, el desarrollo de la inteligencia artificial, etc.
Entre los pendientes están las arraigadas corrupción, impunidad, inseguridad y la precaria calidad en salud y educación.
La inseguridad es hija de la corrupción y nieta de la impunidad, por la innegable complicidad de las autoridades políticas y de las corporaciones policiacas con los grupos delictivos.
La política lopezobradorista para abatir la delincuencia de “abrazos y no balazos”, atendiendo las causas de la pobreza que orillan a los jóvenes a buscar oportunidades económicas en actividades ilícitas, tiene varios aspectos:
-Los resultados son a largo plazo, una o dos generaciones. La actual estaría (o está) condenada a estar a merced de la delincuencia, mientras se crean nuevos ciudadanos que le tengan miedo a su mamá o a su abuelita.
-El énfasis a combatir la pobreza con los programas sociales no tuvo la correspondencia paralela para combatir la corrupción, impunidad e inseguridad. La intención, el compromiso se quedó en el discurso, dado los resultados obtenidos en la pasada administración, ante la delincuencia enseñoreada en todo el país.
-Se soslayó el uso de los servicios de inteligencia para evitar una carnicería como la presunta estrategia por el gobierno de Felipe Calderón, que de acuerdo con la condena a su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, fue una guerra parcial contra unos grupos y protección a otros.
El viraje de la estrategia de seguridad de “abrazos y no balazos” llegó de afuera por la amenaza de Estados Unidos de imponer a México aranceles del 25% a nuestros productos en represalia por el tráfico de drogas, que sería muy grave porque vendemos a ese país el 80 por ciento de nuestras exportaciones. Se calcula que se perderían cientos de miles de empleos y una recesión económica estaría en puerta.
La petición de la presidenta Sheinbaum a Donal Trump de mantener en pausa un mes la aplicación de los aranceles, es un tiempo insuficiente para impactar con grandes resultados el combate contra los narcotraficantes, pero sí será mínimo para que la contra parte del equipo de Seguridad de EU constante la voluntad política y de las corporaciones mexicanas de combatir conjuntamente, “coordinadamente, sin sumisión”, dice la primera mandataria.
Aunque se niegue, el sobrevuelo del avión de la fuerza área de EU, especializado en escaneo electrónico, seguramente sirvió para confirmar en las dos Californias, Sonora, Sinaloa, Nayarit, etc., la ubicación de los grupos delictivos, para que posteriormente la parte mexicana actúe en su detención. Son 30 días y contando en un claro y obligado viraje en la lucha contra el narcotráfico en nuestro país. Se deben acabar los “abrazos”. Ya el corrido lo dirá, aunque se “tumbado” con todo y sus leperadas.
De otra suerte, con la aplicación de los aranceles a partir de marzo provocaría el fracaso del Plan México para convertir a nuestro país en la décima potencia económica y continuar en el subdesarrollo.
Sí, somos una potencia económica, la 12 en el mundo, pero sin el TEMEC nos iríamos al club de las repúblicas bananeras.
TIEMPO FUERA.- Donde no hay abrazos de parte de las corporaciones policías es en Tabasco. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, general Víctor Hugo Chávez, informa semanalmente el número de detenidos y el decomiso de armas, droga, vehículos robados, bajo el compromiso mayista de cero impunidad. Lo que sigue es parar los balazos entre los grupos, como lo ocurrido la mañana de este martes en el Creset, con la matazón de siete internos con disparos de armas de fuego, que siguen permitiendo su ingreso.