CARTA ABIERTA
La afiliación de Miguel Ángel Yunes y Alejandro Murat Hinojosa a Morena ha desatado una tormenta política que evidencia las tensiones internas del partido gobernante.
En medio de esta polémica, la presidenta Claudia Sheinbaum optó por no comprometerse con la incorporación de Yunes Márquez, dejando entrever en la mañanera del miércoles su desmarque y pidiendo que se investiguen las acusaciones en su contra.
El caso de Yunes es particularmente delicado.
Durante años, AMLO lo acusó a él y a su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, de actos de corrupción, incluso llegando a mencionar una “carpeta azul” con pruebas de irregularidades.
Sin embargo, cuando el voto de Yunes Márquez resultó decisivo para aprobar la reforma judicial impulsada desde el Senado, el discurso crítico hacia él cesó abruptamente.
La gobernadora Rocío Nahle ha protestado, exigiendo investigar sus antecedentes y rechazando que represente los principios del partido.
Ante ello, Sheinbaum ha asumido una postura de deslinde pero firme. Al delegar la decisión final en Luisa María Alcalde, y en las instancias de honestidad del partido, evitó comprometerse directamente, mientras subrayaba la necesidad del debate interno.
Su actitud es un intento por preservar la cohesión, sin confrontarse con quienes apoyan la incorporación de figuras controvertidas como Yunes.
Ahora queda claro que existen visiones divergentes sobre el rumbo que debe tomar Morena: si priorizar la inclusión pragmática de aliados de un negro pasado o mantenerse fiel a los ideales originales del obradorismo: no mentir, no robar, no traicionar.
El caso de Alejandro Murat en Oaxaca agrega otra capa de complejidad.
El rechazo del gobernador Salomón Jara a su afiliación demuestra que no sólo en Veracruz hay resistencia a abrir las puertas a figuras asociadas con prácticas corruptas.
En última instancia, este debate interno es saludable para cualquier partido democrático. Pero también es un recordatorio de que Morena enfrenta un dilema crucial sobre su futuro.
Si las palabras de Sheinbaum se interpretan bien y llegan a donde tienen que llegar, la dirigente nacional de Morena no debe tener dudas: rechazar la afiliación de Yunes.
:LA RÚBRICA
Hablando de deudas financieras en Tabasco. Los dos préstamos solicitados por el Gobierno priista de Andrés Granier Melo, de 2007 a 2012, sirvieron para reconstruir Tabasco después de la gran inundación de 2007 y dos más en los siguientes años. La CEPAL reportó la pérdida de 31 mil 800 millones de pesos (3 mil 100 millones de dólares), es decir el 29.31% del Producto Interno Bruto del estado. Al final, los empréstitos fueron de 5 500 millones de pesos, gran parte de los cuales comenzaron a pagarse en el mismo sexenio del Químico.