CARTA ABIERTA

Dicen que no hay peor desprecio que la indiferencia. Y eso es exactamente lo que el PRI ha reservado para el exgobernador Andrés Granier Melo, hoy convertido en figura incómoda para el grupo que controla lo que queda del priismo estatal.

El llamado “erubielato” ha tomado por asalto la dirigencia tricolor en la entidad, y en lugar de recuperar terreno, ha decidido marginar a quien hasta ahora es su mayor carta política. ¿La consigna? Hacerlo a un lado. ¿El método? Ignorarlo hasta borrarlo.

Granier ya debería estar tomando nota y cerrando la puerta. Lo han dejado solo más de una vez.

En 2021, cuando volvió al ruedo para competir por la alcaldía de Centro, no tuvo el respaldo de su partido.

Su campaña, coordinada por Gina Trujillo —otra priista de peso— careció del mínimo apoyo financiero de la dirigencia nacional. Alejandro Moreno apenas se apareció una vez en Tabasco. Y no fue precisamente para reforzar al Químico, sino para cumplir un trámite.

La deslealtad continuó en 2024. Granier era un aspirante natural a la segunda fórmula al Senado, con trayectoria, nombre y reconocimiento. Pero la corriente erubielista no se opuso a que la candidatura fuera para el perredista José Sabino Herrera, a pesar de que el dirigente Dagoberto Lara apoyaba la postulación del Químico.

El resultado fue un bochorno: Herrera no sólo no aportó votos, sino que traicionó a la coalición para refugiarse en Morena. Todo esto sin que Alito moviera un dedo.

Hay quien asegura que lo que ocurre en Tabasco no es casual. Que hay un cálculo perverso detrás del desdén. Que Alito, acorralado por acusaciones de corrupción, busca quedar bien con la 4T, incluso si eso significa entregar territorios y humillar a los suyos.

Sería una maniobra similar a la ocurrida en Quintana Roo en 2022, cuando, qué curioso, estando Erubiel Alonso como delegado del CEN, el tricolor no sólo perdió la elección a la gubernatura frente a Morena, sino también su registro como partido ante la autoridad electoral. Puro chaqueteo, por lo que se observa.

Lo cierto es que ni siquiera cuando, en 2033, Granier interpuso una demanda contra Arturo Núñez por la persecución política que lo llevó a prisión, la dirigencia nacional mostró solidaridad. Silencio absoluto.

Hoy, Granier vive en el ostracismo. No se le invita, no se le consulta, no se le toma en cuenta. Como si fuera un estorbo.

Por eso, Químico, por dignidad y orgullo, es hora de marcharse tras cincuenta años de militancia.

Hay otras trincheras que sabrían valorarlo.

El PRI ya no es su casa.

Al menos no mientras esté en manos de quienes prefieren perderlo todo, con tal de asegurarse sus propios pactos de impunidad.

 

:LA RÚBRICA

La herencia de la irresponsabilidad. Con contundencia, el director general del COBATAB, Evaristo Hernández Cruz, ha señalado a los verdaderos responsables del millonario adeudo con el ISSET: la administración de Arturo Núñez. No es un secreto que el gobierno perredista dejó un rastro de deudas y malos manejos que hoy continúan afectando a Tabasco. La declaración de Evaristo constata una realidad que golpea a las finanzas de subsistemas tan importantes como el Cobatab. Es un acto de justicia y transparencia señalar que la deuda de 240 millones de pesos no es producto de la gestión actual, sino una «herencia» de la irresponsabilidad del papá de Néstor. Mientras otros buscan culpar a diestra y siniestra, Evaristo apunta con precisión al origen del problema. Su postura ayuda a entender el presente y exigir que los errores del pasado no queden impunes ni se repitan… El anuncio de una consulta pública para definir el futuro del Museo Nacional Olmeca en Tabasco es otro paso en el desarrollo del proyecto. La iniciativa, confirmada por el gobernador Javier May, busca someter a consideración ciudadana la construcción de esta importante obra cultural una vez que se cuente con un diseño y presupuesto finales. Esto permitirá medir el respaldo social y recoger diversas perspectivas antes de comprometer recursos públicos. La decisión responde, además, al debate generado en torno a la propuesta, condicionando su viabilidad a la aprobación popular. El resultado de este ejercicio servirá para medir su legitimidad y aceptación a largo plazo por parte de los ciudadanos. El enfoque, en última instancia, traslada la decisión final del gobierno a los ciudadanos.

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63