EL TÍO VIVO

A unos días ya de haber arrancado las campañas en el ámbito local, es claro advertir que el partido en el poder tendrá que aplicarse más que en el anterior proceso, porque las condiciones, evidentemente, no son las mismas. Si en el 2018 ocurrió un tsunami que levantó con sus efectos a grises personajes, en este año las circunstancias son distintas y enfrentará precisamente las consecuencias de no haber tenido cuidado en la selección de candidatos.
 
Nadie puede, 3 años después, negar que el efecto Obrador ayudó para que llegaran a cargos de elección popular actores políticos sin experiencia y con poca o nula capacidad. Se conformaron con celebrar el triunfo pero olvidaron que después de ganar, había que gobernar y legislar, pero para eso, no estaban preparados.
 
En el legislativo, se ocuparon más en tomarse fotos y pensar en el cargo que seguía, que en aprender acerca del trabajo legislativo. ¿Para qué? Si para eso estaban los asesores. Además, sometidos totalmente al ejecutivo, sólo aprobaron aquellas iniciativas que les fueron dictadas y se dedicaron a proponer ocurrencias, total, sabían que de todos modos ni siquiera las iban a dictaminar.
 
En los municipios las cosas fueron igual o peor. Alcaldes (de ambos géneros) sin capacidad política en su gran mayoría, con más limitaciones que habilidades, pero eso sí, con muchas ambiciones, fue el común denominador. La voracidad de algunos incluso hizo insostenible su permanencia en el cargo y fueron con toda impunidad, removidos y hechos a un lado, sin que se les sancionara por la evidente corrupción con la que se condujeron.
 
El partido del presidente no podía permitirse sostener en los cargos a gente corrupta, pero tampoco podía aceptar que se había equivocado, enviando a la cárcel a quienes abusaron del cargo para enriquecerse. Hacerlo sería como aceptar que son igual a los de antes, aunque muchos siguen sosteniendo que, en realidad, son los mismos.
 
En ese escenario, abanderados de Morena siguen su caminar por colonias, villas y rancherías, unos recibiendo el reclamo de la gente por el abandono en el que los tuvieron, otros desmarcándose de sus antecesores aceptando que las condiciones en las que viven son consecuencia del abandono de las autoridades, pero eso sí, prometiendo (otra vez) que las cosas van a mejorar porque ellos o ellas, no son iguales.
 
Tienen una gran ventaja, enfrente la oposición está peor. Con candidatos improvisados, con militantes decepcionados y olvidados y una sociedad civil que tampoco cree en ellos. A eso nos enfrentamos los ciudadanos y por algunos de ellos tendremos que votar…
 
Antes de bajarnos del caballito…
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