Les comparto:

ENTORNO

La jovencita, estudiante de secundaria fue llevada por su mamá al modesto consultorio del médico privado de un poblado de Cunduacán donde reside, un cuadro de fiebre y dificultad para respirar provocaría que, sin dudarlo, el galeno declinara su intervención y pidiera a la familia trasladarla de inmediato al hospital más cercano.
La mamá, recuerda el pánico que sintió por la desesperación física que su hija manifestaba para respirar de manera normal, el diagnóstico después de los análisis de rutina: COVID-19.
Afortunadamente para esa familia, después de unos días vino la recuperación, el mismo cuadro algunos similares y otros con menor intensidad sintomática se presentaron en esa comunidad, durante el momento crítico de los contagios, entre abril y octubre del año pasado dejó un saldo mortal de 9 personas y cientos de contagios, ahora, desde mayo pasado enfrenta un nuevo repunte, que está afectando principalmente a las personas menores de 40 años dentro de los que se encuentran adolescentes y jóvenes, como el caso referido.
El gobernador Adán Augusto López Hernández dijo hace un par de semanas que el nivel de contagios se estaba concentrando en personas menores de 50 años, justo lo que sucede en el sitio al que aquí se hace referencia.
Por casos como este, en esa comunidad hay resistencias para enviar a sus hijos a las escuelas, por el temor de los contagios y el repunte de casos que se registra.
El pasado jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró lo siguiente:
“Nos urge, el retorno a clases, aprovecho para convocar al pueblo, en especial a madres, padres que ya se empiecen a organizar, que nos ayuden, desde luego con maestras y maestros que todos empecemos preparativos para el regreso a clases; hablar con los maestros, que nos ayuden, de modo que cuando iniciemos sea general, no vamos a tener para entonces problemas de contagios que puedan poner en riesgo a los niños, jóvenes, maestros y personal educativo porque está demostrado que la pandemia afecta más a las personas mayores”.
El problema como aquí se ha consignado, es que muchos padres de familia que tienen hijos en edad escolar son personas jóvenes que aun no han sido vacunados, lo que aumenta la incertidumbre para alcanzar un acuerdo para un retorno seguro a las aulas.
Es cierto que, el flujo escolar concentrado en esa trilogía de -padres, alumnos, docentes- es vital para la economía en su conjunto, quizá por ello, el término de urgencia, al que alude el mandatario federal, solo que, antes de ello está en primer lugar la seguridad de las familias y eso solo se incrementará conforme avance la vacunación a la población más joven y con una nueva ralentización de la cadena de contagios, para lo que todavía faltan muchos meses.
Algunos modelos que se ensayan para ser probados en la educación privada podría ser una alternativa, las clases híbridas, es decir, clases presenciales y en línea, en el que se pretende dividir el grupo en dos, para que una semana el grupo al que denominaremos A tome clases presenciales y el grupo B lo haga en línea, la semana siguiente se invertirían los grupos, es decir el A tomaría clases en línea y el B presenciales, al cabo de un mes bajo esa modalidad y siempre y cuando no se registrara un caso positivo de COVID-19 entre la población que participaría en este programa se intentaría el retorno a clases de manera presencial de los grupos completos.
Desde luego que se tomarían en cuenta una serie de variables para determinar un retorno seguro, que, si urge, por el retroceso en conocimiento que esta pandemia dejará para la historia.

CONTORNO

Héroes anónimos de la educación
Un profesor de muchos años de trabajo profesional docente, concibió desde hace años un cuaderno de trabajo para los alumnos de los seis grados de educación primaria en el que están incluidos todos los contenidos de cada grado.
La idea, surgida después de la interrupción del ciclo escolar por causas naturales, como inundaciones y otras adversidades, ha cobrado mayor relevancia en los tiempos del COVID-19.
Él está convencido de que, estos cuadernos de trabajo pueden coadyuvar de manera importante a que los alumnos -no pierdan el conocimiento de los contenidos básicos- desde luego que para ello se requiere el compromiso de los docentes y los trabajadores de la educación para dar seguimiento a los alumnos. Ojalá y ese esfuerzo se consolide.
En comunidades remotas de Centla, un par de docentes, por sus propios medios económicos y físicos, imprimieron pequeños cuadernos de trabajo para dar asistencia a los alumnos de condición más precaria y acuden físicamente hasta esos lugares, el caso es digno de contar, por los múltiples problemas que aquejan al proceso de enseñanza-aprendizaje en los tiempos actuales.
Más ejemplos como estos y menos burocracia de “Doctores” y también de grilla sindical…
Receso
Por motivos de trabajo personal, no vacacional, esta columna dejará de publicarse durante un par de semanas.
A los lectores con quienes me unen lazos de amistad y profesionales, muchas gracias por sus enriquecedoras aportaciones.
Nos leemos en la próxima entrega.
Cuídense.

javiermarinhdez@hotmail.com

Por Javier Marín

Periodista desde 1993.
Reportero de radio, director de noticias de Radio Villa, conductor titular desde enero de 1994 hasta el año 2003.
Corresponsal en Tabasco de Enfoque de NRM Comunicaciones de 1993 a la fecha,
Colaborador de radio Caracol, Colombia y noticieros en Los Ángeles, California, Estados Unidos de 1993-1998.
Moderador sustituto del Primer Debate de candidatos al gobierno de Tabasco en el año 2001.
Columnista del Heraldo de Tabasco del año 2006 a la fecha.
Colaborador en un proyecto académico de periodismo internacional con sede en la Universidad de Florida, Estados Unidos.
Participante del Proyecto Electoral Integral de la Universidad de Harvard en coordinación con la Universidad de Sídney, Australia en las elecciones del 2018 y la perspectiva latinoamericana.